martes, 21 de julio de 2009

No se trataba de una metáfora. Llevaba 3 días enteros sin dormir. Tenía un necesidad imperante de estar despierto, de salir, de hacer más que postrarme en la cama esperando a que algo pasara. Sin conocer, caminaba noche enteras, veía las cosas tan extrañas, tan extranjeras.
En mi memoria, la historia de Platt...
"Mi madre me dijo que seguramente había yo dormido, pues era imposible que no hubiera dormido en todo ese tiempo, pero si dormí fue con los ojos muy abiertos, pues había seguido el curso de la manecilla del segundo, de la del minutero y de la que marca las horas del reloj, en sus círculos y semicírculos, durante todas las noches de los siete días, sin perder un segundo, ni un minuto, ni una hora",
Me identifico con las que no duermen. Nos reconocemos. Los nocturnos sólo se conocen y nosotros nos conocimos.
Ahora, con los latidos del corazón a un ritmo intenso y con flemas interminables en la garganta corro a tu lado, paso las tiendas, empujo, corro a tu lado, pensado en que es problable que me haya equivocado en pensar sí eramos.