jueves, 10 de diciembre de 2009

Lúdica macábrica, lánguida prosaica, palindrómica laxante, métrica sórdida yuxtadistante de sucintos lupanares y absortos vaticinios.
Tétrica añorante, zarca, equiparable o conspicua, emblemática sanguinoliente precipitación menstrual.
Aletargo el momento, repentina metonimia hasta tu gozne, no existe amparo, ni consuelo, ni disipar en tus vocablos. Bermejo cabello sigues lacerando igual. Ya pronto caótico motivo vivo, ya pronto, mientras este opúsculo personaje pueda pensar en los términos más copiosos para decirlo e intentar otra vez…

martes, 1 de diciembre de 2009

ISLAFACEBOOK

...


Cómo detener un a avión apunto de despegar. Luego de viajar en lancha, combi, autobus y taxi, llegamos tarde y el vuelo se fué. En la memoria: San Cristobal, tierra de nadie y hostal de la muerte; Palenque, paraíso prohibido para el que no se atreve; Las cascadas de Agua Azul, infinita y perpetua mezcla de azul y verde jade; El Cañón del Sumidero, la muestra de que siemprehaymás; Boca del Cielo, que no necesita mayor descripción... Chiapas, eterno territorio para el que quiera ir.



Pero ni la memoria ni nada, impide que un vuelo cerrado se abra. Tuxtla Gutierrez. Un aeropuerto diminuto y una espantosa espera, como casi siempre lo son. Un dìa entero, ilusionados por momentos, hasta que, llegada la noche, una amable señorita da la sentencia: "tienen que ser mañana, nadie canceló".


La parte de atrás de una camioneta por 30 minutos. Un hotelucho, un tinto, cosas que compramos en un súper, y el sentimiento de que al otro día, a las 6 de la mañana, tendríamos que tomar un vuelo que nos alejarìa, "hasta Dios sabe cuando", de Chiapas, recipiente repleto de historias.






domingo, 22 de noviembre de 2009

Elena,

Todos escriben de balas y yo estoy en enamorado. Si no comienzo a sentir odio me voy a morir de hambre.

viernes, 13 de noviembre de 2009

ALA PEQUEÑA

La vi escuchando a Hendrix sentada en un sillón lleno de pelos de perro con una caguama a sus pies, los ojos cerrados, y su tono blanco enrojecido por la mezcla del frío, el trago y la hierba. Olía justo como huele ahora. A diciembre. Un altavoz desde la calle alertaba que los tamales ya estaban calientitos. Nosotros dos solos en un rústico mezanine en Tláhuac, a las seis de la tarde, con tres años menos, queriendo que nadie regresara para podernos besar con la delicia extra que aporta el reloj en lentitud.
Se sentó encima de mí. No podía creerlo. Nunca pude creerlo. Ni cuando me tomaba de la mano, ni cuando me besaba por sorpresa, ni cuando aceptó que durmiera en su cama, ni cuando me llamaba, ni cuando me escribía de pronto.
Puedo exagerar, por la fragilidad de la memoria, pero creo que llevaba puesto la playera blanca con un extraño impreso en tono naranja con la que me parecía más bonita.
La tocaba entera y ella me tocaba a mí. Nos besábamos con la ganas contenidas del que sólo se habla por teléfono durante meses y al encontrarse tiene 48 horas para decirse y hacerse todo. Olía exactamente como huele ahora. A frío. Recuerdo más la impresión que la sensación. Abría los ojos espiándola como si yo estuviera oculto.
Un estruendo color ámbar nos detuvo. Le pegamos a la caguama con los pies. Fragmentos del embase se multiplicaron, señal de que todo tenía que parar.
No era extraño, en eso que teníamos, que algo insólito ocurriera. Largas filas de “caguamas por estallar” todo el tiempo nos detuvieron.
***
Ahora siempre les busco un lugar. La mesita de centro, el buró, la parte baja del sillón -pero del lado del descansa brazos-, o de plano la llevo apresurado a la cocina y me olvido del trago mientras beso.

martes, 20 de octubre de 2009

POR LAS AZOTEAS

Desde lo más alto de las casa envían sus mensajes y él aprendió a entenderlos. Descubrió que los lunes los ladridos son distintos y que los sábados todos están decididos a ladrar. Desde las azoteas los perros se hablan. Se dicen qué es lo que está por venir.
Se narran el cotidiano que ven desde las alturas, pero sobretodo, relatan lo que está pasando en cada una de las casas en donde viven. Son un indicador perfecto para los estudiosos del comportamiento humano, sí se logra descifra su extraña lengua. Pueden revelar la intimidad de un hogar. Lo que ocurre en sus entrañas, y alertan sobre los peligros o dichas que se aproximan. El problema es que pocos pueden comprender un código tan ajeno, tan estruendoso.
Camilo Rodríguez Urrieta lo había conseguido. Lo logró a fuerza de vivir en cautiverio 19 meses y 7 días en el palomar de la unidad habitacional de San Nicolás, barrio bravo enclavado en el Centro Histórico. Sórdido espacio pintado en escala de grises.
Nueve Copas casi había perdido todo y ahora ese era su lugar. Parecía que había caído en una realidad lateral. Por todos lados hablaban de la macabra estancia que se vive en un secuestro. De la voraz mente de un demente que, al final, siempre lograba escapar. Del calvario familiar. De los auriculares helados en la llamadas de rescate. De las pruebas de vida. De las amputaciones.
Lamió el borde del naipe con la lengua como si lo afilara. Era cartón, el mismo cartón con la que se hace cualquier baraja española, pero esta vez se veía aún más amenazante.Con las manos atadas con el cable de una plancha, Camilo confirmó esa tardenoche lo que sospechaba desde el martes anterior: podía entender a los perros. Desde los techos le gritaron que estaba apunto de morir.

martes, 13 de octubre de 2009

EN EL PATÍBULO/SHAWERSDEPUREZA

En el patíbulo, en el borde del pricipicio estaban. Andaban sin luces una carretera sinuosa y con neblina de Michoacán. Él confiaba y dormía. Ella jugaba mientras conducía a soportar el vértigo de 10 segundo en oscuridad. Apretaba sus ojos verdes. Manejaba sólo con la mano izquierda y de oído.
Una zanja lo despertó brevemente como una una turbulencia dentro del sueño que tenía en el que viajaba de México a Bocagrande en un Boeing 474-colosal ave de fierro-, que sólo transportaba a dos.
***

Dos cervezas heladas a un lado de la carretera rumbo a Lázaro Cárdenas fueron el desayuno. Le gustaba oler al medio día a camarones con cerveza mientras conducía y fumaba. Convencido, el aceptaba ese aroma a cambio de besos.
Dos ancianos vendían gasolina sobre la carretera. Anticipaban que pasarían 78.4 kilómetros antes de la la próxima gasolinera. A menos ahí había jícamas con chile, aguas de chía, tacos de canasta, chaparritas de sabores -heladas en un balde de aluminio con hielo al que se le derretía la tierra de camino-, pepino con piquín, ollitas con escuer y tequila.
Dos minutos largos fueron destinados para un beso que había aguardado 16 horas con 673 kilómetros. Ella dijo poco, nada más volteó la cabeza y le acomodó lo lentes como diadema. No se detuvieron. Calleron en el piso del lado del copiloto junto a una lata de aluminio. No supo que decir y mejor no dijo nada. Se pegó su pene a la entrepierna por la humedad de esta zona de sierra y por la de ella que sabía, ya cerca de las tres de la tarde, a un exquisto platillo de mar y tierra.
Dos veces a la semana, Lonlynaits soñaba con que eso ocurriera.

martes, 21 de julio de 2009

No se trataba de una metáfora. Llevaba 3 días enteros sin dormir. Tenía un necesidad imperante de estar despierto, de salir, de hacer más que postrarme en la cama esperando a que algo pasara. Sin conocer, caminaba noche enteras, veía las cosas tan extrañas, tan extranjeras.
En mi memoria, la historia de Platt...
"Mi madre me dijo que seguramente había yo dormido, pues era imposible que no hubiera dormido en todo ese tiempo, pero si dormí fue con los ojos muy abiertos, pues había seguido el curso de la manecilla del segundo, de la del minutero y de la que marca las horas del reloj, en sus círculos y semicírculos, durante todas las noches de los siete días, sin perder un segundo, ni un minuto, ni una hora",
Me identifico con las que no duermen. Nos reconocemos. Los nocturnos sólo se conocen y nosotros nos conocimos.
Ahora, con los latidos del corazón a un ritmo intenso y con flemas interminables en la garganta corro a tu lado, paso las tiendas, empujo, corro a tu lado, pensado en que es problable que me haya equivocado en pensar sí eramos.

lunes, 22 de junio de 2009

Pasamos la puerta de la entrada, juntos, sabiendo que al salir, alguno de los dos estaría incompleto. En forma metafórica y literal. Caminamos, nos dimos tiempo para una broma (una que ella solía hacerme cuando estaba nerviosa). Armó un cigarro de punta venenosa. Un bareto que nos permitiría subir las escaleras de forma más relajada. Papel tapiz enmohecido, vestiduras desgarradas, olor largo y con la brisa de la tarde, breve. A lo que huele el amor.
Recordó la estrofa de una canción y la susurró: "huele la delicía de un reloj en lentitud..."
Acarició mi pelo. Se dio cuenta de que a fuerza de no lavarlo una rasta se empezaba a formar. Me dijo -pinche puerco- en su acento diametralmente opuesto a su cara, a su piel, a su profunda mirada, la más encendida que conozco.
Yo pensé durante segundos en tomarla de la cintura, quedarnos en un cuarto, prender la televisión, subir el volumen al menos hasta el 56, y mezclar los gemidos del canal porno con los gemidos de nosotros. Sólo lo pensé.
Ella me dijo tres escalones arriba exactamente lo que yo había pensado, pero no había tiempo y sólo pegó su pantalón con todo y lo que tiene adentro al mio con todo y lo que adentro se endurecía.
El foco se había perdido en un ambiente tan terriblemente sexual. La tarde noche caía entre una lluvia fina, perfecta para una crónica, pefecta para describirla.
Elena tenía 4 días sin aparecer. Un reporte de la policía nos indicó el lugar. Ella lo escuchó en el scaner. Yo sólo había ido a "trabajar" en la tarde. Dí el último claquetazo a las 6. Se trataba de una fiesta entre gueras y negros. Esos filmes se logran en 4 horas.
El sonido de alguien amordazado, cuando lucha por gritar, a mi me paraliza. Es como como aquellos que se desmayan con la sangre. Yo no tolero ese ruído.
El grito ahogado de Elena no fue la excepción. -Puta madre cabrón, vas a quedarte como niña parado, no que ya no se ven, vales verga pinche mentiroso, eres muy hombrecito para coger y ahorita?-, me reclamó.
No pensé en nada, sólo el abismo que hay entre su cara y forma de hablar. Como si hubiera caído en un enorme bote de plástico, sólo escuchaba las olas del mar.

domingo, 24 de mayo de 2009

BAÑOS DE PUREZA/ CIUDADDELROMANCEENFURECIDO


Sabía que a la vuelta de la esquina estaba una feria olvidada y evitaba pasar por ahí. No quería ser el complemento de aquel patético cuadro. Tenía que volver, ordenar algunas cosas, deseaba bañarse, revisar su correo, un vaso de sprite con hielos y dormir. Esa tarde prefirió simplemente evitar la esquina con la feria abandonada.

Las tasas que giran amorcilladas la aturdían. Escuchaba risas antiguas de la canastilla de una rueda de la fortuna oxidada. Cambió de trayectoria sobre la Juárez. -"Disculpaméeeeeeeeeeeeeeeeeeeee"-, escucha muy cerca de la nuca. -"Sos Elena, la perfecta extraña que me entrevistoooooooooooo". Voltea sobre su hombro. Fade out.

Amordazada, en una silla, espera lo peor. Sabe del historial. Ella misma lo grabó. Mermelada en los senos que no se endurecen como un reflejo mental que evita la excitación natural al contacto con algo frio. Lame un nueve de copas que aunque es de cartón, brilla su filo luego de que Nueve Copas lo enjuaga con la lengua.
































































































































































sábado, 16 de mayo de 2009

TONO PARDO

Pálido en tarde que se oscurece y nuevamente vuelve a tener luz duotono rojo, azul, rojo azul, rojo, azul, colandose por la ventana. Su lapiz, el más labial, me pinta la zona dulce. Se colapsa su lengua en el palindroma que forma su nombre. Reconoce la mirada, trépida, en acento, esdrújula mujer, la más labial que conozco.
Gorostiza apartado con post it le dice "A veces me dan ganas de llorar, pero las suple el mar". Le pones dilatador del tiempo a las ideas y yo también preciso que debo irme a vivir en tí. Un lento corrector de vida requieres, y yo también. No nos dicen nada. No se escucha nada, sólo sabemos por el destello de rojo, azul, rojo, azul que se fuga por la ventana, por debajo de la puerta, por el quisio, por el gozne de la puerta, por la retícula de tus cristales ojos, los más encendidos que conozco, que te he visto.
Controlamos la aritmia que produce todo esto. Más dilatador de tiempo por que esta vez ya nadie nos persigue.

miércoles, 13 de mayo de 2009

NUEVECOPAS/ BAÑOS DE PUREZA IV

Como si pusiera la grabadora en mi buró, segura, aventé la cámara sobre la mesita de aquella sala naranja con vivos rojos de siluetas orientales e hilos dorados colgando de la parte de abajo. No tenía que decir que la entrevista había comenzado.
Estaba apunto de terminar de decirle: "Buenas tar.." cuando irrumpió con un grito en argentinísimo acento: "Disculpameeeeeeeeeeeeeé!, vos querés grabar absolutamente todo de lo que acá hablemosssss". Salió del presupuesto la pregunta y le dije sólo con la mirada, sí.
No podía creerlo. Lo que decían era cierto y apenas daba un sorbo a un ron con limón agua y coca, y ya reafirmaba lo que sabía.
"¿Reconocés esta rúbrica?", me dijo como si fuera la primera vez que lo dijera a alguién. Un nueve de copas arrugado que dice se encontró años atrás en una playa michoacana donde ha pasado la mayoría de sus años en México. Claro, salvo sus ocasionales salidas.
-Sos una perfecta extraña en el medio, ¿Elena dijísté?...te voy a contar...

martes, 12 de mayo de 2009

BAÑOS DE PUREZA. III

Calle José Martí, extraña para cualquiera pero más para mí. La dulce sensación de estar tan cerca, entrar caminando, subir, ver alfombras quemadas, sillones de lona. Pasar. Cerrar. Leer indicaciones claras en caso de incendio o terremoto y la hora de entrega. Llave de rectangular llavero. El plástico intenso cae sobre una repisa de loza parecida al marmol que hacía juego con ambos retretes paralelos armonizados por interminables gotas.
Distancia prudente. Momento mínimo y una perilla que brota de la pered perlada con el señalamiento universal: off/on.
Captura de gráficas. Nada queremos simplemente olvidar ahora e inmortalizamos. Quedó el testimonio luego de una intensa luz blanca que ilumina efímera. Aprisa salgo. José Martí se ilumina. Largo invertebrado me traslada. Tenía que buscar el uniforme de su hijo. Yo debía regresar.

domingo, 10 de mayo de 2009

Lonlynaits. BAÑOS DE PUREZA

Una extraña silueta se veía caminando por el parque de MexiMora entre las 7 y las 8 de la noche. Acostumbrado a vivir en la más absoluta de las soledades, para Jacinto Ramírez Ullóa, el "Lonlynaits", esa era una tarde exactamente igual al resto de las tardes de su vida. El silencio lo aturdía a diario. Dejó de hablar con casi todas las personas (excepto con Gloria) y ya era un hilillo de voz lo que le quedaba en la garganta a falta de ejercitarla.
El contraluz que provocaba después de las 8 de la noche la iluminación del parque en donde acotumbraba sentarse a leer, hacían que su figura pasara de extraña a emblemática. Algunos niños "piratitas" ofertaban incluso entre los turistas contar la leyenda de -el Chito-, ahora mitificado: el "Lonlynaits".
Las leyendas eran unas historias llenas de clichés que iban desde colocarlo como un ex guerrillero que cansado de una lucha perdida en sudamérica prefirió llegar a tierras guanajuatenses a instalarse en una profunda soledad, hasta los mitos más horribles que lo ponía como un pederasta, violador en serie, que luego de asesinar a su casera en Buenos Aires, logró huir a México.
El apodo lo había puesto Mike, el hijo mexicano de un gringo que se casó con Gloria, la dueña del café Bellonia.
Nadie sabia en realidad lo que Jacinto pasaba, pero no había mejor apodo para la esfinge viva de una desertica alma. "Lonlynaits" que no buscaba cambiar esa condición, pero que tampoco renunciaba a la vida aun cuando era practicamente un muerto ambulante.
Gloria lo entendía. En las brevísimas charlas que tenía con él luego de entregarle el cambio del café de vainilla francesa que acostumbraba beber a diario, Gloria había aprendido a remover las lozas más pesadas, murallas casi imbatibles de la vida de Jacinto, que sin ser un asesino, realmente sentía ganas de matar a aquellos seres de no más de metro y medio que se decían al oído, entre risas, cuando pasaba: "inche Lonlynaits, ¿sí habrá quien le haga el paro?", para después estallar en una carcajada, ruido de tormeta lejana en la cabeza agachada de Jacinto Ramiréz Ullóa, el "Lonlynaits".

martes, 21 de abril de 2009

ENTRADA. BAÑOS DE PUREZA

DE: Elena Castro (elena.castro@hotmail.com)
PARA: Enrique Olvera Cid (animalenlapiedra@live.com)
ASUNTO: Entrada REVÍSALA por favor

E,

Es muy poco pero ya sabes la historia, checa esta entrada, cambié el ángulo y la historia toma otra giro, el que discutimos. Sé sincero, vale la pena????, Sigo en Tijuana, llego en 4 días.

"Nace, crece y no se ha muerto. Viene viajando desde Tijuana hasta Chiapas buscándose (le queda claro que en cualquier parte le pueden romper el corazón). Piensa que muchas cosas pueden tener remedio. Bebe mucha cerveza y escucha casi de toda la música, pero sobretodo asegura que daría o haría cualquier cosa por amor y un poco de dinero"...

p.d, Tengo ganas insoportables por las tardes de estar encima de tí. Besos, E.






viernes, 17 de abril de 2009

2.

BAÑOS DE PUREZA

Bajó la mirada cuándo lo ví. Él también buscaba con la vista algún distractor. Sí había visto porno en internet, pero estar ahí era distinto. Siempre pensé que sólo era una handycam, una vagina, un pene, y listo, pero no. La industria de la pornografía norteamericana ofrecía más.
Me comprometí con el editor a entregar el reportaje antes del jueves. Así que sin más, viaje al Paso, Texas, para contactarme con Ed Anessis, el productor porno que contribuía con sus más de 89 filmes en el mercado a terminar con la crísis económica de su país.
La cita sería en Tijuana. Hotel Palacio Azteca, Blvd. Cuahutémoc Sur no. 211 Col. Davila.
En aquella locación solamente, al menos le había dado empleo a una docena de personas. El más ridículo, creo: el de la claqueta. Decía "corte", con la voz entre cortada en cada escena. Él también estaba impresionado y por más que quería disimularlo, se notaba en lo rojo de cara.
Estaba por definir la entrada. A lo largo del trabajo el ángulo se modificó varias veces y ahora, a pocos días de la entrega, pensaba que todo estaba mal.
El estar en aquel plató me producía una mezcla de sentimientos. Estaba preocupada por que el cierre de la edición se acercaba y yo pensaba en que había que cambiar todo el reportaje, pero también me sentía extrañamente excitada, más por las miradas disimuladas del chico de la claqueta, que por ver un pene introduciéndose a una vagina de forma tan rutinaria.
El "lado humano" de Dafne (como si al ser pornstar se deshumanizara) era la principal encomienda.
Cómo comenzaste en esto, porqué, que dicen tus padres, desde cuándo lo haces, ganas muchos, qué es lo que más te disgusta, tienes novio, pudes caminar bien después de tener eso en el culo... preguntas obvias que al editor le parecían importantes. Lo hice esas preguntas desde el primer día que la conocí esperando que comenzara el rodaje en su camerino.
Aunque parezca absurdo, su vida era sumamente normal. Sólo que a los 21 años había podido comprar como primer auto un Porshe 2006, tenía un departamento en Palm Beach y sólo respondía, asombrada de si misma: "They pay me for fuking, i´m luckygirl" seguido de una sonrisa tan honesta, que supe que conmigo no estaba en su papel de chica sexypornstar, realmente estaba contenta que le pagaran por coger, le gustaba.
Me imaginé unos segundos viviendo como pornstar idea que se fue de inmediato de mi cabeza al pensar en el sexo anal. Prefería sólo "sentirme así" por la presión que últimamente había en la revista, que materialmente estar así con un negro dándome por atrás.
Un gringo me habló "Elena, its todo, lets go".
Al salir de la habitaciópn 236 del Hotel Palacio Azteca, de la mitica ciudad de Tijuana, las cosas para mí ya no serían las mismas jamás.

jueves, 16 de abril de 2009

MOJADA/WET


1

BAÑOS DE PUREZA
Cuando terminó de desnudarse, todos lo que estábamos ahí presentes guardamos silencio y sólo observabamos. Los expertos, para los que resultan cotidianas esas imágenes, no hacían más que grabar, mover un boom, cambiar de encuadre, suichar a otra cámara y lo mismo que hacían de forma casi mecánica cada miércoles de "castings".
En cambio, otra morra presente y yo, no cabíamos de la impresión que provoca el lugar en donde varios añoran estar, en la enigmática grabación de una película porno de calidad, californiastyle en México.
Por supuesto que sentía, claro. Estaba deaperro esperando a un rubio de figura cliché (gringouniversitariobienmamadosudaderanombredelaescuelapenelargocuadrosabdominales) así nada más empinada, y tenía las nalgas de dios.
Había dicho en su presentación, sentadita en un sofa rojo que se llamaba Dafne Tavarés, que era de padres argentinos y que había crecido en Nueva York. Una perra.
¡Claro que sentía!. Se arrodillo y empezó a chuparsela y yo distraía la mirada viendo a un asistente de cámara sobándose la verga y a la morra novata también mirando al asistente sobándose la riata y luego las luces, y luego lo chingón de ese mundo, que deja muchos millones, que si se puede llamar cine, que si es un género que... y por más que distría al pensamiento imposible lucir como un pro en aquella locación.
Ellos a los suyo, cuando yo no cabía en mi cuerpo y repetía mentalmente "queeeeeeeeeé" cada vez que escuchaba los gemidos de la Dafne.
Después de 58 minutos y 46 segundos, yo tenía que gritar corte, poner la plaqueta en la cámara y el trabajo habría terminado.
No era hacer cine, pero era un pricipio. Jamás imaginé que sólo dar el claquetazo se remunerara tan bien. 2 mil 450 dólares por 15 días de dar claquetazos rodeado de nalgas profesionales, olores vaginales, dildos, cables, luces, semen, espejos, maquillistas, condones...
Ahora creo que no estaría aquí de no haber llegado, esa bendita tarde movido por el morbo, a aquella propuesta de trabajo que lucía discreta en la plana gris de los anuncios clasificados.